Page 282 - El Poder del Metabolismo
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ACEITE DE COCO ORGÁNICO
Hace unos 30 años los medios noticiosos y las
autoridades médicas empezaron una campaña masiva para
informar al público sobre los daños que podía causar el aceite
de coco. Se publicó en aquel entonces que el aceite de coco
era una grasa saturada. Se llegó a decir que subía el
colesterol. Se habló de que el público debería a toda costa
evitar el consumo de aceite de coco. La campaña tuvo éxito y
el aceite de coco desapareció de nuestra dieta. Los
fabricantes que lo usaban para confeccionar sus productos lo
sustituyeron por aceite de soya o maíz que supuestamente
eran mucho mejores para la salud.
En esa época existía un esfuerzo concertado y una
campaña de relaciones públicas de los fabricantes del aceite
de soya para acaparar el mercado de los aceites. Bueno, nos
convencieron de que el aceite de coco era “malo” y el aceite
de soya era “bueno”.
Hoy en día se sabe que todo esto era o una falsedad, o
un desconocimiento craso. La información que en esa
ocasión nos dieron los “expertos” era equivocada.
El aceite de coco es una grasa saturada. Eso es verdad.
Ahora, todas las grasas saturadas no son “malas” de la misma
forma que hoy en día se sabe que existe un colesterol
“bueno” y uno que llaman “malo”. Antiguamente se pensaba
que todo el colesterol era “malo” y esto fue así hasta que se
descubrió que existían unas diferencias marcadas entre estos
dos tipos de colesterol.
La grasa saturada que contiene el aceite de coco es una
grasa llamada triglicéridos de cadena media (MCT’s o
medium chain triglycerides en inglés). De hecho es un tipo de
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